Olliver, un brasileño musculoso y tatuado, tiene una manía especial: ¡lo que más le excita es su propia polla! Basta con mirarla para que se le ponga dura. Y cuanto más dura se pone, más se excita: es un círculo sin fin. El resultado: el tío pasa el máximo tiempo solo, masturbándose y recibiendo escupitajos. Cuando te das placer total, no necesitas nada más.